lunes, 9 de abril de 2012

La Renga impartió potencia en Tucumán
Por Sebastián Ganzburg

La potencia de La Renga se hizo sentir en las casi 10 mil personas que coparon en la noche del sábado el Central Córdoba. Fue el recital con el que culminaron la gira del disco “Algún Rayo” (2010), el noveno realizado de estudio y el treceavo de la carrera. Desde muy temprano la fiebre rockera recorría las inmediaciones del club, también se vio gente transitar por plazas céntricas.

La potencia de La Renga se hizo sentir en las casi 10 mil personas que coparon en la noche del sábado el Central Córdoba. Fue el recital con el que culminaron la gira del disco “Algún Rayo” (2010), el noveno realizado de estudio y el treceavo de la carrera. Desde muy temprano la fiebre rockera recorría las inmediaciones del club, también se vio gente transitar por plazas céntricas. Es que esta banda, tiene una mística particular, similar a la que supieron generar Los Piojos o yendo más atrás Los Redonditos de Ricota. 

Por eso, casi de la misma manera, que ocurre en un partido de fútbol, los chicos y chicas se van juntando en las esquinas, asado de por medio, las bebidas de ocasión, una que otra yerba buena y parten al estadio. Un público que se caracterizó por lo jovial, debido al estilo de esta banda, hard rock bastante monocorde, sin embargo no faltaron familias que llevaron a sus criaturas y gente grande. La Renga, también, forma parte de la juventud que transitó los noventa. Si hacemos memoria su primer disco Esquivando Charcos, surgió en 1991. 

La inmediaciones del club fueron valladas por efectivos de la policía que realizaron un buen trabajo. Este cronista tiene unos cuantos recitales encima y debo admitir que antes los azules no se portaban con tanto respeto como ahora. No hubo aglomeración de gente, todo transcurrió sin sobresaltos. Adentro no se veían policías y no hubo ni medio incidente, en los recitales de rock nunca me tocó presenciar alguno, en este tampoco. 

El escenario se montó en la cancha de fútbol sobre el lateral que da hacia calle Rondeau. Es decir que desde ambas tribunas se podía apreciar muy bien a la banda que además dispuso dos pantallas gigantes que estaban a ambos costados y un juego de luces impresionantes con diversidad de colores. Habían varias cámaras que daban cuenta todo el tiempo de cómo tocaba la banda. El único punto flojo de la noche estuvo en el director de cámara. CC estaba atestado de banderas, incluso en más de una oportunidad se desplegó una que aproximadamente tenía 10x20 metros y pasaba por arriba de la gente de mano en mano. Curiosamente la cámara nunca tomó esas imágenes por pantalla. Al público, gran protagonista de la noche se lo filmó poco y siempre con planos generales y muy breves. Tampoco hubo demasiada conversación entre la gente y la banda, integrada por Chizzo (voz y guitarra), Tete (bajo), Tanque (batería), Manu (coros, vientos y armónicas). 

El repertorio no decepcionó. Tocaron varias canciones del nuevo disco pero no faltaron los clásicos que en más de una oportunidad hizo saltar a una multitud excitada por tan potente ritmo. Miles de personas pogueaban sin parar dentro de la cancha. No faltaron, debido a la inigualable temperatura del otoño tucumano, quienes se sacaron las remeras negras.
La locura duró alrededor de dos horas y media. La gran banda argentina cerró la noche con "Hablando de la libertar", un clásico que todos conocen y luego, la gente salió tranquila, agotada y tan conforme que a las 3 de la mañana se había agotado cervezas, vinos y demás elíxires alcohólicos, además de las clásicas milangas tucumanas, en la zona del Abasto.

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