lunes, 4 de junio de 2012

Cinco años de la campaña abolicionista.“Las lilith feministas" de Tucumán forman parte de esta campaña


 Hoy, 4 de junio, cumple 5 años la campaña abolicionista "Ni una mujer más victima de las redes de prostitución" . Filo digital conversó con la socióloga Silvia Gómez, integrante de "Las Lilith feministas" de Tucumán

¿Qué es la campaña abolicionista?:
 Es una campaña nacional autónoma, autofinaciada y autogestiva .Está convocada por colectivas y mujeres que actuamos desde una perspectiva feminista basada en los derechos de las humanas, que nos permite comprender porque la prostitución y la trata con fines de explotación sexual son dos caras de una misma violencia contra las mujeres y por qué alrededor del 90% de los casos de trata de personas es de mujeres y niñas con estos fines.
¿Qué significa  la prostitución para ustedes?
 La prostitución es una forma de violencia contra las mujeres, de violación de los derechos de las humanas, de explotación sexual,  institución fundamental en la construcción de una sexualidad basada en el dominio masculino y la sumisión femenina y en la cosificación de nuestros cuerpos. No es, por tanto, una expresión de la libertad sexual de las mujeres.La prostitución es el más violento punto de unión entre patriarcado y capitalismo, ya que reúne explotación económica y violencia de género.
¿Podría darnos alguna información de números estadísticos?
 Las cifras son contundentes: en el informe del año 2000 del Fondo de Población de Naciones Unidas, se estimaba que cada año 4 millones de mujeres y niñas/os ingresan en los prostíbulos del mundo para ser consumidos sexualmente. El 90% de los casos de trata y tráfico son de mujeres y niñas para prostituirlas. Según Naciones Unidas, durante 4 siglos 11 millones de personas fueron reclutadas en África para el sistema esclavista, mientras que solamente desde el año 1990 al año 2000, más de 30 millones de mujeres y niñas/os fueron traficadas en el Sudeste Asiático. La globalización del mercado del sexo, unida a la pobreza expone a millones de mujeres y niñas/os excluidas (la población más vulnerable) al riesgo cierto de ser víctimas de tráfico y trata.

Señalaba que la prostitución es una forma de violencia…
Sí, la prostitución es tal vez una de las violencias menos reconocidas, más legitimadas, más naturalizadas y más celebradas.  Y esto no es una cuestión arbitraria, es la Convención de Belém do Pará, que es ratificada por el Estado argentino, que es una ley nacional, considera que la prostitución forzada es una forma de violencia hacia las mujeres.
 La prostitución es en un 98% forzada.
Nadie entra al mundo prostibulario porque sí. En realidad deberíamos hablar del sistema prostituciones, es un sistema organizado, el cual recluta niñas y mujeres para explotarlas sexualmente. La mayor parte de las mujeres prostituidas, hay varones también, pero fundamentalmente es una institución femenina. Las víctimas de la explotación sexual son mujeres, son reclutadas y esto está comprobado en este país y en otros.
 En EE.UU. hay algunas investigaciones y acá en Argentina hubo una investigación realizada por UNICEF hace varios años, donde se pudo comprobar que más del 80% de las mujeres recluidas tienen entre los 13 y 16 años.
 Para poder elegir ser prostituta hay que se adulta, si el 80% o más es reclutada en edades en que todavía no puede elegir, ya estamos hablando de una situación un poco irregular.
¿Porque son abolicionistas, que significa?
En general, los Estados establecen tres marcos jurídicos sobre los que basan sus posturas frente a la prostitución: ellas son la prohibición, la abolición o la reglamentación
¿Podría ampliar?

La prohibición implica la sanción y el castigo, tanto para quienes acepten un pago a cambio de sexo como para quienes lo demanden. Penaliza la totalidad del sistema. Lo cierto es que en el marco de la cultura patriarcal la tendencia es a penalizar a las mujeres en situación de prostitución y a absolver, en la mayoría de los casos, a los clientes-prostituyentes
 El abolicionismo afirma que todo tipo de prostitución es explotación del cuerpo de otra/o y la considera como un grave atentado contra la dignidad de las mujeres, ya que las que se encuentran en estado de prostitución son mayoritariamente mujeres. Esta postura ideológica, ética y política postula la desaparición de la prostitución y tuvo siempre el apoyo de gran parte del movimiento feminista.

Y en cuanto a la reglamentación, bajo este marco jurídico al Estado le correspondería censar y registrar a todas las prostituídas, darles un carnet identificatorio, controlar sus enfermedades de transmisión sexual a fin de evitar contagios a los clientes-prostituyentes, habilitar los locales para tal fin, establecer las zonas permitidas y cobrarles impuestos a todo el sector dedicado a éste “negocio. Al Estado le cabe el rol de control sobre esta “actividad”.
Los “modernos y liberales” defienden la “libertad de elección”, están a favor del “consentimiento” y señalan a la prostitución como una de las formas de ejercicio de la sexualidad. ¿A qué libertad aluden estos sostenedores de la prostitución? Sin duda, se refieren a ellos mismos, hablan de la libertad de los usuarios de prostitución.
Para las mujeres, los servicios prestados en esas condiciones, no constituyen prácticas sexuales mucho menos deseadas. Son prácticas de sobrevivencia. Se impone a las mujeres el acceso a su cuerpo por un precio. ¿Dónde está la libertad?
El sistema prostitucional está relacionado con la pornografía, el turismo sexual, las líneas eróticas, el ciber-sexo, los sex-shops, los anuncios y publicidades, los programas televisivos que exponen a las mujeres como mercancía. Combatir la prostitución oponiéndose a su reglamentación implica, también, combatir el conjunto de actividades montadas alrededor de la mercantilización del cuerpo femenino.

¿Por qué entonces hay parte de nuestra sociedad que se resiste a la causa abolicionista?
Son muchos los motivos, como algunos de los prevalecientes deberíamos anotar:
porque es en nuestra cultura patriarcal en donde la prostitución está asociada a la sexualidad masculina .Porque permite un control “moral” que nos divide entre “buenas” y “malas” y esto debe seguir existiendo para mantenernos disciplinadas.
porque, además, es un negocio sumamente redituable, que habilita múltiples negocios igualmente redituables, en un sistema en donde el lucro es un valor primordial.

Entonces visto así, la prostitución no es trabajo, como sostienen algunas/os
Claro, no es trabajo, nosotras decimos que la prostitución es una forma de violencia contra las mujeres, una violación de los derechos de las humanas.
Las mujeres no “se prostituyen”, son prostituidas por clientes y proxenetas protegidos por el Estado, compelidas por la necesidad económica, por presiones de todo tipo, por la violencia material y simbólica, por costumbres e ideas contenidas en los mensajes culturales que consideran que las mujeres de todas las clases sociales somos objetos disponibles para satisfacer supuestas “necesidades” de los varones también de todas las clases. Por eso no hablamos de decisiones libres.

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