jueves, 23 de febrero de 2012

Carmen Quieta deja la Biblioteca luego de toda una vida de dedicación
Por Sebastián Ganzburg

En pocos días la directora de la Biblioteca “Emilio Carilla”, se jubila y deja la institución tras 44 años de servicio, en un emotivo mensaje expresó que “la tarea del bibliotecario es crecer todos los días para poder asesorar a nuestros usuarios”. Además “deseo profundamente que con honestidad,  eficiencia y compromiso con la Universidad puedan llevar a esta querida Biblioteca al lugar que se merece”

Hace 44 años que Carmen Quieta Saientz comenzó a trabajar en la facultad de Filosofía y Letras, comenzó como Personal de Servicios Públicos para pasar luego a desempeñarse como bibliotecaria, en pocos días se jubilará, por este motivo decidió dejar un emotivo mensaje a la comunidad de esta casa de estudios.

Según expresó aprendió su oficio “entre libros hasta llegar al lugar que hoy ocupo”. Además, con humildad, “quiero darles las gracias por haberme permitido crecer en esta profesión, ya que ante cada consulta me veía en la obligación de investigar para responder. Y poco a poco, casi sin darme cuenta aprendí, ya que la tarea del Bibliotecario es crecer todos los días para poder asesorar  a nuestros usuarios”.

Quieta también pidió disculpas “por los errores que pude cometer, si los hubo no fueron intencionales”.

Aprovechó, a su vez, para dar las gracias “a los distintos Decanos y autoridades que respaldaron mis proyectos a mis compañeros de trabajo que estuvieron apoyando con esfuerzo todas mis ideas, ya que sin ellos nada se podría haber realizado.

Deseo profundamente que con honestidad,  eficiencia y compromiso con la Universidad puedan llevar a esta querida Biblioteca al lugar que se merece en un ambiente de paz  trabajando por ella todos los Estamentos juntos”.

Uno de los últimos proyectos en el que participó es el de la digitalización del catálogo de los libros, con lo que en poco tiempo se podrán realizar las consultas no solo en la biblioteca, sino también en la página de la facultad.

La biblioteca

Se fundó en 1957, durante el decanato de la profesora María Delia Paladini, con la fusión de las bibliotecas que pertenecían a diversos Institutos de la facultad. Con el paso del tiempo fue incrementando sus ejemplares a partir de adquisiciones (compra de la biblioteca de Rómulo Carbia y del profesor Mascialino), y fundamentalmente, por donaciones de intelectuales reconocidos como Lore Terracini, Risieri Frondizi, entre otros. En el último tiempo, la biblioteca ha recibido la donación de las bibliotecas personales de Victor Masuh, Julio Ardiles Gray, del profesor Roberto Rojo, y de la misma profesora María Delia Paladini.

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