viernes, 21 de septiembre de 2012

Día del Estudiante a pura fiesta en Filo
¨Por Sebastián Ganzburg


El sábado se realizará de las 14 a 22 horas la fiesta del Día del Estudiante. Como todos los años habrá bandas, color, alegría y muchísima onda. No se festejará este viernes debido al Congreso de Trabajo Social. La fiesta en Filosofía y Letras es una de las mejores y más tradicionales, donde la magia de la primavera se conjuga con el encanto de la juventud.

Como todos los años los estudiantes de Filosofía y Letras festejarán su día con una fiesta maravillosa, color, música, alegría y mucha juventud se espera para la jornada del sábado que comenzará a las 14 y se extenderá hasta las 22.

La fiesta de Filo es una de las más esperadas entre los estudiantes de todas las facultades. Esta vez se realizará un día después de que el calendario marque el inicio de la primavera. Esto se debe al Congreso Nacional de Trabajo Social que se está desarrollando.

Habrán bandas invitadas impartiendo el mejor rock.

El olor a azahares y naranjos son la característica de esta época del año, sin dejar de lado las revolucionadas hormonas que en la juventud adquieren connotaciones inmanejables. Por lo tanto quienes estén solteros y solteras, o no tanto, no pueden dejar de pasar esta oportunidad para el amor o el “amor”. Siempre que sea con alegría es saludable.

"La Estudiante"

Por Pablo Neruda

Oh tú, más dulce, más interminable
que la dulzura, carnal enamorada
entre las sombras: de otros días
surges llenando de pesado polen
tu copa, en la delicia.

  Desde la noche llena
de ultrajes, noche como el vino
desbocado, noche de oxidada púrpura
a ti caí como una torre herida,
y entre las pobres sábanas tu estrella
palpitó contra mí quemando el cielo.
Oh redes del jazmín, oh fuego físico
alimentado en esta nueva sombra,
tinieblas que tocamos apretando
la cintura central, golpeando el tiempo
con sanguinarias ráfagas de espigas.

  Amor sin nada más, en el vacío
de una burbuja, amor con calles muertas,
amor, cuando murió toda la vida
y nos dejó encendiendo los rincones.
Mordí mujer, me hundí desvaneciéndome
desde mi fuerza, atesoré racimos,
y salí a caminar de beso en beso,
atado a las caricias, amarrado
a esta gruta de fría cabellera,
a estas piernas por labios recorridas:
hambriento entre los labios de la tierra,
devorando con labios devorados.



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