Día del Estudiante a pura fiesta en Filo ¨Por Sebastián Ganzburg
El sábado se realizará de las 14 a
22 horas la fiesta del Día del Estudiante. Como todos los años
habrá bandas, color, alegría y muchísima onda. No se festejará
este viernes debido al Congreso de Trabajo Social. La fiesta en
Filosofía y Letras es una de las mejores y más tradicionales, donde
la magia de la primavera se conjuga con el encanto de la juventud.
Como todos los años los estudiantes de
Filosofía y Letras festejarán su día con una fiesta maravillosa,
color, música, alegría y mucha juventud se espera para la jornada
del sábado que comenzará a las 14 y se extenderá hasta las 22.
La fiesta de Filo es una de las más
esperadas entre los estudiantes de todas las facultades. Esta vez se
realizará un día después de que el calendario marque el inicio de
la primavera. Esto se debe al Congreso Nacional de Trabajo Social que
se está desarrollando.
Habrán bandas invitadas impartiendo el
mejor rock.
El olor a azahares y naranjos son la
característica de esta época del año, sin dejar de lado las
revolucionadas hormonas que en la juventud adquieren connotaciones
inmanejables. Por lo tanto quienes estén solteros y solteras, o no tanto, no
pueden dejar de pasar esta oportunidad para el amor o el “amor”.
Siempre que sea con alegría es saludable.
"La Estudiante"
Por Pablo Neruda
Oh tú, más dulce, más interminable
que la dulzura, carnal enamorada
entre las sombras: de otros días
surges llenando de pesado polen
tu copa, en la delicia.
Desde la noche llena
de ultrajes, noche como el vino
desbocado, noche de oxidada púrpura
a ti caí como una torre herida,
y entre las pobres sábanas tu estrella
palpitó contra mí quemando el cielo.
Oh redes del jazmín, oh fuego físico
alimentado en esta nueva sombra,
tinieblas que tocamos apretando
la cintura central, golpeando el tiempo
con sanguinarias ráfagas de espigas.
Amor sin nada más, en
el vacío
de una burbuja, amor con calles
muertas,
amor, cuando murió toda la vida
y nos dejó encendiendo los rincones.
Mordí mujer, me hundí desvaneciéndome
desde mi fuerza, atesoré racimos,
y salí a caminar de beso en beso,
atado a las caricias, amarrado
a esta gruta de fría cabellera,
a estas piernas por labios recorridas:
hambriento entre los labios de la
tierra,
devorando con labios devorados.
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