Roberto Rojo, “un filósofo interesado por la vida”Redacción
Dijo la profesora María Josefina Norry, discípula de Rojo, en el homenaje post mortem que la UNT le rindió hoy en el Virla. Una iniciativa del Círculo de Estudios Wittgensteinianos. Profesor Emérito de la UNT, Rojo fue docente de Filosofía y Letras, autor de numerosos libros y director de variados proyectos de investigación filosófica. Se presentó el libro “Laberintos Wittgensteinianos”.
En la ceremonia, que se realizó en el Centro Cultural Virla, estuvieron presentes la vicerrectora, Alicia Bardón, la secretaria Académica, Susana Maidana, la profesora, María Josefina Norry y miembros de la comunidad universitaria. El homenaje se realizó por iniciativa del Círculo de Estudios Wittgensteinianos.
Maidana señaló que entre los aportes del destacado filósofo pueden mencionarse sus estudios sobre utopía, sobre filosofía del lenguaje y sus estudios Wittgensteinianos. “Lo más meritorio de este pensador fue su predisposición a trabajar con sus alumnos, a dirigir proyectos de investigación y a vincular la filosofía con los diferentes aspectos de la vida”.
Por su parte, Norry, cuya tesis fue dirigida por Rojo y que actualmente se desempeña como titular de la cátedra del filósofo, sostuvo que el destacado pensador “tuvo transcendencia internacional y su mayor logro fue despertar el fervor de sus alumnos como pocos maestros lo consiguieron. No hay tema que Rojo haya dejado de investigar, sus aportes fueron importantes en la lógica, la metafísica y la filosofía moderna, en resumen, fue un hombre interesado por la vida”, concluyó.
Presentación del libro “Laberintos Wittgensteinianos”
A un año del fallecimiento de Roberto Rojo, la Editorial de la UNT (Edunt) presentó el libro “Laberintos Wittgensteinianos” en homenaje al Profesor Emérito. La publicación contiene sus principales aportes sobre el estudio de Ludwig Wittgenstein.
En el pensamiento de Wittgenstein pueden distinguirse dos etapas. La primera viene marcada por la publicación del Tractatus logico-philosophicus (1921-1922), en el que trata de dar una salida a los problemas no resueltos del positivismo clásico respecto a las matemáticas, la ciencia y la filosofía. Para él, la filosofía no es un saber, sino una actividad, y su finalidad es aclarar las proposiciones; así, la filosofía se circunscribe a un análisis del lenguaje. La segunda etapa queda definida por su obra Investigaciones filosóficas, publicada póstumamente en 1953. Este libro da origen a la corriente denominada filosofía analítica, que centra su reflexión en el estudio del lenguaje como único modo de resolver los problemas filosóficos.
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